Criadero de vacas en cuevas de Pingtougou
“Sin miedo a las dificultades y con ideas, la pobreza va quedando atrás”, resaltó Zhu al compartir su experiencia. Cuando trabajaba con su esposo lejos de su pueblo natal, ganaba poco más de 3000 yuanes al mes. En 2011, la pareja retornó debido al mal estado de salud de sus familiares mayores de edad y comenzó a dedicarse a la ganadería. En 2019, sus ingresos brutos ascendieron a 300 000 yuanes y sus condiciones de vida mejoraron considerablemente.